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¿UN FUTURO INMINENTE?

El lanzamiento editorial más destacado de noviembre es la nueva novela de Don DeLillo por Seix Barral. El neoyorquino presenta El silencio para desarrollar un demoledor retrato de un mundo posible en el que todas las conexiones digitales dejan de funcionar.

Alberto Ávila Salazar


Una novela de Don DeLillo es siempre un acontecimiento, y su nuevo trabajo, El silencio, no es una excepción. En esta ocasión, el norteamericano se extiende apenas un centenar de páginas para contarnos una historia sobre un súbito apagón tecnológico a escala mundial, un planteamiento que no reviste demasiada originalidad para los aficionados a la ciencia ficción pero que, a pesar de todo, supone el retrato de toda una época y de unos comportamientos, lo que hace que El silencio sea poderosa.

DeLillo ubica su historia durante la final de la Super Bowl del año 2022, en un futuro muy inminente que al lector de la era del coronavirus resulta demasiado familiar. A partir de un grupo de personajes aburguesados y, se supone, de alto rango cultural, la novela nos ofrece flashes de un mundo desesperado que ha renunciado a su propia identidad en aras de una hiperconectividad que nos ha hecho increíblemente frágiles.

La prosa de El silencio tiene ese nervio y esa falsa sencillez propia de DeLillo, que, a la vez, ofrece una enorme densidad de conceptos y significados.

Probablemente no estemos ante una obra mayor del autor de Ruido de fondo, Libra o Submundo, pero ha escrito una novela corta muy poco complaciente y casi despiadada a la hora de enfrentarnos a un mundo (el nuestro) en plena desintegración.

Es muy significativo que la historia, dividida en dos partes, termine cada una de ellas con el profesor jubilado Max Stenner, uno de los protagonistas de la historia, absorbido por la negrura de una pantalla vacía.

Las amenazas que se ciernen sobre el ser humano a principios del siglo XXI son demasiadas, y la dificultad de comprenderlas no las hacen menos tangibles.


LO

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