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LOS NOVIOS EN CLAVE COVID-19

Alessandro Manzoni dedica en Los novios dos excepcionales capítulos a describir la situación de la peste milanesa, recreándose en una rigurosa documentación histórica. Hoy podríamos sustituir la peste por Covid-19 y no nos sorprendería ni una sola coma de lo magistralmente narrado. Es tan solo una anécdota para subrayar la necesidad de recuperar este clásico en los términos en que lo hace la editorial Rialp.

Juan Bagur Taltavull. Imagen portada: Retrato de Alesssandro Manzoni por Francesco Hayez


 

Aunque en la patria de Dante es una obra de sobra conocida, tal vez no lo sea tanto en España, y de ahí el acierto de que Los novios vuelva a nuestras manos la traducción castellana que hizo Juan Nicasio Gallego en 1836. Autor que, por cierto, fue uno de los padres de la Constitución de 1812 y, como Manzoni o lord Byron, un ejemplo del intelectual romántico que consagró vida y obra a la defensa de la libertad y el patriotismo.

En este sentido, conviene indicar que, siendo Manzoni un entusiasta defensor de la unificación italiana, algunos han querido ver en Los novios un alegato del Risorgimento contra la dominación extranjera. Esto es así porque, si el Imperio austriaco dominó Lombardía hasta ser derrotado en las batallas de Magenta y Solferino de 1859, la novela tiene lugar en el mismo espacio, pero comienza en 1628. En esos momentos Italia tampoco estaba unida, y en el norte destacaban dos Estados, que son aquéllos en los que discurre la aventura de Los novios: el de Milán, y el de Venecia. En el segundo existía una República independiente ocupando territorios que, como Bérgamo, también vemos en el libro. Por el contrario, el Milanesado formaba parte de la Monarquía Hispánica de Felipe IV, y era el centro de su rivalidad con Francia y otras potencias. Precisamente, en el libro se describen sus luchas durante la Guerra de los 30 años, que había comenzado en 1618 y que no terminaría hasta 1648.

Pero aunque el libro está muy bien documentado históricamente, no es de carácter político ni nacionalista. Es la condición humana lo que retrata Manzoni, pues tal y como se deduce del título, narra las aventuras y desventuras de una pareja de enamorados.

Son Lorenzo Tramallino y Lucía Mondella, dos jóvenes que viven en Lecco, a orillas del lago Como. Pretenden casarse, pero el señor de la ciudad, don Rodrigo, amenaza al cura don Abundo para que lo impida. Este es el punto de partida de la novela, en la que vemos el combate que tienen los dos enamorados para volver a reunirse, una vez que la envidia del noble les obliga a huir, y que su historia se enreda al complicarse con revueltas, guerras, epidemias, y la aparición de nuevos personajes. Entre ellos juegan un papel importante los “bravos” o “vagamundos”, individuos de pasado oscuro que ponen su vida al servicio del mejor postor, constituyendo ejércitos privados que permiten a los poderosos imponer su voluntad. Pero también tienen una gran presencia quienes son su contraparte en la novela: los capuchinos, frailes que aparecen siempre al servicio de los pobres y enfermos. Entre ellos, fray Cristóbal, cuyo origen y desenlace no desvelaremos para animar al lector a descubrirlo, pero del que avanzamos que es la muestra de cómo la respuesta a una mala acción personal no se encuentra en el camino de los bravos, sino en el de los humildes.

En cuanto al estilo literario, es muy rico y bello. Las descripciones abundan, y son tan detalladas y precisas que facilitan al lector su desplazamiento al centro de la historia, tanto para lo bueno como para lo malo. Así, disfrutamos con el lirismo y bucolismo de “aquel ramal del lago de Como” que encabeza el relato; o con el viaje de Lorenzo por el valle del Ada, y su paso por Gorgonzola o Liscate hasta llegar a Bérgamo. Pero también sufrimos al leer la que, sin duda, es una de las mejores partes del libro: la descripción de la peste que asoló Milán y el resto de Lombardía en 1629. Este acontecimiento es todavía más interesante para el lector actual, porque además de ayudarnos a entender cómo se vivió la epidemia en el pasado, nos permite comprender que el ser humano es el único animal que cae dos veces en la misma piedra.

PESTE POR COVID-19

Manzoni dedica dos extensos y brillantes capítulos para describir la situación de la peste milanesa, documentándose ampliamente, y si en vez de peste viéramos escrito Covid-19, no nos chirriaría nada. De esta manera, habla del papel de los políticos y sus juntas de sanidad, discutiendo si pecaron por falta de previsión; y también de aglomeraciones festivas –en este caso para celebrar el natalicio del hijo de Felipe IV–, que algunos habían pedido prohibir por precaución. Pero también se describe otra cosa, por desgracia, hoy de sobra conocida: la aglomeración de enfermos en el Lazareto milanés, y la falta de médicos y cirujanos. Y por último, la salida de lo mejor y de lo peor del ser humano ante tales circunstancias: algunos que buscaban chivos expiatorios, acusando a los “untadores” de propagar la enfermedad, frente a quienes fallecían al cuidar a los contagiados y darles todo lo que tenían.

Otra consecuencia de la pandemia es la crisis económica que, como siempre en la Historia, se ceba con los más pobres. En Los novios se expone la hambruna generada por la peste, pero también otra crisis alimentaria que había ocurrido un año antes en Milán. Tuvo su centro en la carestía de un producto tan básico como el pan, y generó lo que en Historia se conoce como un “motín de subsistencias”. En lo que parece mala suerte, Lorenzo se ve envuelto en esta revuelta, que tendrá importantes consecuencias para el desarrollo de sus peripecias. Además, Manzoni vuelve a echar mano de documentos históricos para describir con gran detalle todo lo que ocurrió entonces, exponiendo las malas decisiones políticas y haciendo gala de un gran conocimiento en materia económica. Reserva así varias páginas para hablar, de forma didáctica y siempre favoreciendo el desarrollo argumental del libro, de aspectos como la especulación, la intervención sobre los precios del mercado, las requisas…y debates que serán entretenidos para los amantes de la economía.

Manzoni habla del papel de los políticos y sus juntas de sanidad para gestionar la peste milanesa, ¿pecaron por falta de previsión? También de aglomeraciones festivas, para celebrar el natalicio del hijo de Felipe IV que algunos habían pedido prohibir por precaución. Expone asimismo la crisis económica por pandemia y las malas decisiones políticas 

Por otro lado, la pericia descriptiva de Manzoni no se limita a los escenarios geográficos y los acontecimientos históricos. También sus reflexiones sobre los personajes son muy profundas, y para entender bien la actuación de algunos de ellos, detalla su pasado o evolución. Destaca al respecto, como se ha indicado, la de fray Cristóbal, y también los debates internos que –por motivos que callamos para no destripar la trama– tiene durante mucho tiempo la novia Lucía. Todo ello lo utiliza el autor para oponer actitudes, mostrando que virtud y vicio son, como ya dijera Aristóteles, dos caras de una misma moneda que puede decantarse hacia el bien o hacia el mal. Así, la cobardía de don Abundo contrasta con el valor de fray Cristóbal; o el abuso de poder que hace don Rodrigo, con la caridad que ejercita otro poderoso que, a pesar de gozar de un gran protagonismo en la obra, no se menciona por su nombre. Y dentro de la mente de Lorenzo, su debate entre el ansia de venganza o el perdón a los enemigos. Un conflicto moral difícil de resolver, y que según la antropología de Manzoni, únicamente llega a un feliz desenlace con el acompañamiento y el ejemplo de los demás. Parece darnos a entender que, en medio de un mundo regido por el ansia de poder y el conflicto, solamente existe una solución cuyo paradigma es el noviazgo: la aceptación del otro desde el amor, y la superación de todas las dificultades que siempre aparecen en la vida a partir de la fortaleza emanada de ese encuentro.

En definitiva, Los novios es una magnífica novela que hará las delicias de los amantes de la literatura romántica, en el doble sentido que por azar tiene este concepto: en lo literario, porque forma parte del mismo género que las grandes obras del escocés Walter Scott; y en lo temático, en tanto que es una tierna pero profunda historia de amor. Sus más de quinientas páginas no impedirán a ningún lector disfrutar de las andanzas de los novios Lorenzo y Lucía. Y en una etapa histórica como la nuestra, con paralelismos evidentes, también les ayudará a comprender que el amor es la única vía de redención ante el sufrimiento y la injusticia.


LO

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