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“Hola, soy Shelley Duvall”

Más allá del personaje de Wendy Torrance en la película ‘El Resplandor’ de Kubrick, para toda una generación de niños españoles, ella fue el hada madrina de las Navidades que presentaba cada sobremesa en televisión el gran teatro de ‘Cuentos de las estrellas’. Lloramos su pérdida como esos niños ochenteros en eternas vacaciones escolares que jamás dejaremos de ser, nos queda para siempre la contraseña de acceso al mundo de lo maravilloso.

Por Maica Rivera 

14 julio, 2024


El Teatro de Cuentos de Hadas fue conocido como los Cuentos de las Estrellas y para muchos de nosotros fueron y serán los Cuentos de Shelley Duvall. Inolvidable serie televisiva estadounidense (1982-1987) de 27 episodios independientes que recreó una escogida muestra de narraciones populares de la literatura infantil fantástica, de Charles Perrault (Cenicienta, La Bella Durmiente) a Hans Christian Andersen (La sirenita, La princesa y el guisante, El nuevo traje del Emperador) pasando por los hermanos Grimm (Hansel y Gretel) y alcanzando a Washington Irving con Rip Van Winkle y Carlo Collodi con Pinocho. Para la adaptación, el hechizo del formato escogido resultó instantáneo con los más pequeños de la casa: teatralizado desde una aparente austeridad sumamente evocadora. Y el éxito, está claro, ya venía avalado por los grandes nombres de Hollywood cuyo incontestable talento avaló el proyecto: cineastas como Tim Burton o Francis Ford Coppola; y un elenco integrado por personalidades como las de Susan Sarandon, Klaus Kinski, Liza Minelli, Robin Williams, Vincent Price, Jeff Goldblum, Jennifer Beals, Helen Mirren, Billy Crystal, Matthew Broderick, Jeff Bridges, Christopher Reeve, ¡e incluso Mick Jagger!

Qué delicia (y ahora, qué nostalgia) cuando la productora ejecutiva Duvall ejercía de anfitriona para darnos ritualmente la bienvenida (“Hola, soy Shelley Duvall“) y presentar, a continuación, cada entrega con una breve introducción a la historia desde el mismo escenario con aquellos vestuario y decorados fascinantes que estuvieron inspirados en ilustradores como Edmund Dulac, Arthur Rackham y Gustav Klimt. Ella misma, además, actuó en cuatro episodios: El Enano Saltarín (1982), Rapunzel (1983), El ruiseñor (1983) y Blancanieves (1984). Y conquistó en máxima audiencia no solo a los más pequeños de los hogares españoles en 1984/1985

Celebremos que los clásicos vestidos de clásicos contados así, artísticamente sin concesiones, con elegancia, delicadeza y dulzura, que no están reñidas con la inteligencia, dejaron una marca indeleble en, al menos, un par de generaciones. ¿Pero estamos siendo capaces de recoger el testigo? Shelley Duval, fallecida el pasado 11 de julio en Texas, muchos niños de los 80 te echaremos mucho más de menos incluso de lo que cabía esperarse. Tememos que contigo se marchen los últimos vestigios de un sentimiento y de una experiencia estética que ya no está tan fácilmente al alcance de los que vienen detrás. Creo que C.S. Lewis lo llamaría “joy“.


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