Cual doncella recién mordida en la yugular, en éxtasis impregnado de ansiedad por repetir, así nos encontramos el día del nacimiento de Bram Stoker. Es decir, recién llegados de nuestra visita a la primera exposición de la Historia dedicada al vampirismo. ¿Cómo es posible que a nadie se le haya ocurrido antes? ¡Lo ignoramos! Pero la oportunidad está vigente: Vampiros. La evolución del mito en Caixaforum Barcelona hasta principios del próximo año.
Texto y fotos: Silvia R. Coladas
Desde la condesa Erzsébet Báthory, Vlad Tepes y Nosferatu, pasando por Theda Bara, Béla Lugosi, Christopher Lee, Klaus Kinski, Tom Cruise, Catherine Deneuve o Gary Oldman… Todos forman parte de una fecunda familia que ha ido creciendo en número y variando en estilo de vida -o más correctamente, en estilo de no vida– de acuerdo con las circunstancias a las que han tenido que enfrentarse.
Lo vemos y disfrutamos claramente en el recorrido panorámico que nos propone Vampiros. La evolución del mito, que, tras su paso por Madrid, se ha instalado en Caixaforum Barcelona hasta el 31 de enero de 2021. Se trata de una muestra de ultratumba que no nos ha dejado fríos sino todo lo contrario: ha estimulado nuestro deseo, profundo como el averno, de volver a codearnos con estos seres oscuros, embaucadores y cargados de erotismo que no han tenido más remedio que ir adaptándose a los tiempos que su inmortalidad les ha concedido vivir.
Comisariada por Matthieu Orléan y en colaboración con Le Cinémathèque Française, la exposición explora el desarrollo del personaje del vampiro, desde su creación hasta la actualidad, documentando muy bien las distintas etapas cinematográficas -instalaciones audiovisuales y atrezzo de películas míticas-, artísticas y literarias. Descubre obras procedentes de distintos países, también apariciones de estos seres demoníacos en lugares tan insospechados como en los grabados de Los Caprichos de Goya o en litografías de Andy Warhol.
Este estudio multidisciplinar, tan exhaustivo como fascinante, se pone de manifiesto el hecho de que las distintas generaciones de vampiros han tenido en común la necesidad de sangre humana para sobrevivir y alcanzar la inmortalidad, por supuesto, con todo lo que de ilícita e inmoral conllevaba la actividad para conseguirla. Pero, a lo largo de los años, su estética y su espíritu se han ido transformando radicalmente.
FELIZ ANIVERSARIO, MAESTRO
La exhibición arranca con el arquetipo gótico del cine que encarnaría el grupo de vampiros poéticos. Da la bienvenida el más vivo ejemplo de actor fagocitado por su propio personaje, Béla Lugosi. Asistimos al desfiles de vampiros clásicos, la figura poderosa de Drácula ante la muchedumbre enardecida con antorchas para quemar el castillo y el ataúd, crucifijo en ristre.
Siguen los vampiros políticos que representan los miedos de la sociedad frente a los riesgos de la corrupción, el comunismo, el capitalismo o la drogadicción. Descata la inquietante película Una chica vuelve a casa sola de noche de Ana Lily Amirpour, en la que podemos ver a una chupasangres envuelta en un velo musulmán, nos trastoca todos los estereotipos que tenemos grabados a fuego en nuestro cerebro.
Continúan los vampiros eróticos, nuestros preferidos, cuyas apariciones en cine levantarían hoy ampollas -la filmografía de Chistopher Lee– pero, paradójicamente, muchas de ellas, a su vez, agradarían a muchos de los nuevos colectivos –El Ansia, de la que hablábamos hace apenas una semana-. El erotismo y la pasión van de la mano del Amor con mayúsculas, como es el caso de la película Drácula de Bram Stoker -¡feliz aniversario, maestro!- dirigida por Francis Ford Coppola, de la que se puede admirar una impresionante muestra de su deslumbrante vestuario de alta costura.
Concluimos los vampiros pop, calificativo atribuido a los que intentan integrarse en la sociedad y dejar de ser marginales, los más humanos, los que dejan de meter miedo y desean acabar con su discriminación, en definitiva, los que buscan la felicidad -la serie True Blood de Charlaine Harris-. No podemos dejar de destacar la figura de los vampiros adolescentes con la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer-, que, en su versión cinematográfica, causó furor y pingües beneficios. Y, por último, los vampiros de los juegos de rol, de los videojuegos, de los cómics y de las novelas gráficas actuales.
El mundo vampírico se ha diversificado tanto como lo ha hecho el humano, pero sigue, ahora más que nunca, encarnando los valores más idolatrados por la sociedad actual: la eterna juventud, la inmortalidad, el poder en todas sus vertientes, el glamur, la belleza y el atractivo sexual.
Todo ello, unido a la inmunidad frente a las enfermedades, hace que, convertirse en uno de ellos, al final del tour, nos acabe pareciendo un plan de lo más apetecible en este año que nos ha tocado sufrir y vivir y que ansiamos, fervientemente, que termine cuanto antes.
Y aquí nos plantamos, queridos fetichistas del oscuro universo que rodea a las mortíferas criaturas de la noche. No queremos desvelar más misterios ni malograr ninguna de las muchas sorpresas que pueden encontrarse en el edificio de la antigua fábrica textil Casaramona, ahora Caixaforum Barcelona. Esperamos haber puesto los colmillos largos a todo el personal no sin antes advertir que el aforo es limitado en los distintos horarios y que aquí anochece antes de las seis.
LO