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UNA BOQUITA LLENA DE COLMILLOS

Irene aguarda impaciente la llegada de su nuevo hermanito, pero cuando por fin lo traen a casa descubre que no es un bebé, ¡sino un trol con la boca llena de colmillos! Sus padres no se dan cuenta y lo tratan como a un niño. Éste es el “érase una vez” del siglo XXI, se corresponde con Trol, el original estreno en novela de Luis Pérez Ochando (Requena, 1982), profesor de Historia del Cine y de Arte de la Universidad de Valencia y experto en cine y literatura de terror, que nos permite seguir recreándonos en la festividad de Halloween. 

Alberto Ávila Salazar


El debut en la ficción de Pérez Ochando está caballo entre el la novela corta y el relato largo. Trol cuenta la historia de Irene, una niña muy imaginativa que se encuentra en el trance de aceptar a su nuevo hermanito, que los adultos ven como un bebé y ella como un trol. No conviene dar muchos más detalles del argumento porque está lleno de sorpresas y, a buen seguro, quien se lea esta reseña antes que el libro tendría buenas razones para echarme en cara haber dicho demasiado de la trama.

Pérez Ochando no es precisamente un desconocido, su trabajo como ensayista es bien respetado, ha entregado a imprenta varios libros teóricos sobre cine fantástico, en concreto sobre el slasher, el cine de fantasmas japonés y el de zombis de George A. RomeroSin embargo, poco hay de academicismo en Trol (publicada por Ediciones El Transbordador) su prosa es ágil, estructurada y carece de tiempos muertos o de párrafos inanes.

Pérez Ochando realiza un notable ejercicio de integración entre fantasía y realismo, en el que deja en manos del lector las decisiones finales sobre los personajes y la historia. Y es que hay riesgo en esta novela, aunque no lo parezca; acostumbrados como estamos a las lecturas tramposas y a cierta fatiga en el panorama literario actual, es refrescante una narración que indaga en los mecanismos de la ficción y de la percepción sin recurrir a espesuras psicológicas.

La honestidad y el interés por recuperar el placer de contar una buena historia es lo que hace que Trol merezca destacar. Su retrato de la infancia es reconocible y familiar para cualquier lector, si bien sabe instilar en el transcurso de la historia aspectos inquietantes y sutilmente terroríficos que acaban por conseguir que la lectura de este extraño y siniestro cuento sea un placer muy recomendable en estos días de Halloween.


LO

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