Príncipe Valiente 2020, obra de Mark Schultz y Tom Yeates, vuelve a acercarnos a un personaje que, en realidad, nunca se había marchado. Sigue la saga, viva y emocionante, más de 80 años después de su creación: Val y Aleta han vuelto a Britania y se enfrentan a un par de asesinatos con tintes de brujería. “Valiente tiene que hacer de detective medieval y demostrar la causa de las muertes frente a una turba de campesinos supersticiosos; y, de regreso a Camelot, otra sorpresa: las posesiones agrícolas del príncipe están dando grandes beneficios gracias a la sabiduría de una vieja enemiga, la proscrita Rory Capucha Roja”, nos adelanta Dolmen de la aventura.
Alberto Ávila Salazar
Nadie pone en duda que el Príncipe Valiente es una de las más monumentales sagas de la Historia del cómic. Casi desde su creación, en 1937, fue elevada a la altura de clásico indiscutible y, seguramente, sean pocos los lectores que no hayan tenido ocasión, por lo menos, de disfrutar de alguna aventura del príncipe Val en la mítica Inglaterra artúrica.
Lo que probablemente no sea tan conocido es que la creación de Hal Foster no murió con él; el maestro dejó de dibujar la serie en 1971 y, tras probar a ilustradores de la talla de Wallace Wood o Gray Morrow, se decidió por cederle los lápices a John Cullen Murphy. Cuando Hal Foster se jubiló en 1980, dejó que el hijo de aquel, Cullen Murphy, escribiera los guiones de la serie, y su hija Mairead rotulara y coloreara las páginas. En 2004, falleció Murphy y un nuevo equipo formado por Mark Schultz y Gary Gianni pasaron a encargarse del serial hasta que la renuncia de este último le dio paso a Tom Yeates en 2012.
Teniendo en cuenta que estamos hablando de una serie que tiene más de ochenta años, lo cierto es que los cambios de equipo creativo han sido contados. El Príncipe Valiente sigue publicándose en más de 300 periódicos, la historia tiene más de 1800 páginas (de aparición dominical) y la obra completa supera los 50 tomos que, lógicamente, se siguen ampliando.
Una de estas ampliaciones, Príncipe Valiente 2020 acaba de ser editada en el mercado español y, en ella, Mark Schultz y Tom Yeates nos cuentan qué se estaba cociendo en Camelot mientras el mundo entero sufría una pandemia.
CLÁSICO Y MODERNO
Schultz es un guionista solvente y también un ilustrador superdotado, como lo demuestra su trabajo en Xenozoic Tales (también conocido como Cadillacs & Dinosaurs), si bien nunca se vio tentado a ser el autor completo de El Príncipe Valiente debido al estricto ritmo de publicación: la edición de una página a la semana es muy exigente y lo demuestra el hecho de que Hal Foster manifestara en alguna ocasión que cada plancha que dibujaba era el fruto de 50 horas de trabajo. El artista que ha asumido el reto no tiene el explosivo y meticuloso genio de Foster, pero no por ello su esfuerzo es despreciable.
Tom Yeates es un magnífico artesano que, en ocasiones, deslumbra por la expresividad de sus personajes y sus dotes narrativas. Está más inspirado en la escenas nocturnas o plasmando escenografías siniestras por su notable talento para el sombreado, que, a veces, hace pensar que sus planchas podrían prescindir perfectamente del color sin perder un ápice de calidad. No cabe duda que este Príncipe Valiente 2020, con una ambientación brujeril y varias escenas en cuevas, cuenta una historia a la medida de Yeates.
Es evidente que nuestro mundo ha cambiado desde 1937, y también el de ficción del príncipe Val. En anteriores entregas, hemos visto defensas poco veladas del feminismo o la homosexualidad femenina, y, en este álbum, hay un marcado componente de ecologismo y de reivindicación de la agricultura ecológica. No menos llamativo es que, en la segunda parte del tomo, la contestataria prometida de Sir Gawain pretenda construir una comunidad democrática en pleno medievo. Son pequeños anacronismos, tal vez, o concesiones al siglo XXI; pero acaso sea más conveniente apreciarlo como las consecuencias de la casi infinita flexibilidad de un personaje que ha conseguido hacerse eterno y adaptarse a todas las épocas.
LO