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Sant Jordi a la francesa

Un libro y una rosa. Esto es con lo que obsequian los libreros galos a todas las personas que se acercan a sus librerías para celebrar el Día del Libro y de los Derechos de Autor. Se trata de la Fiesta de las librerías, una jornada festiva que pretende reivindicar el valor que librerías y libreros aportan a la creación y difusión de los libros y la cultura. 

Héctor Luesma. Corresponsal en París de Literocio.


                   Detalle florido de la librería des Abesses

Este año más de 450 librerías repartidas por toda Francia han participado en la cita que tuvo lugar el pasado sábado 27 de abril.

Los creadores de esta iniciativa se inspiraron en nuestra tradicional fiesta de Sant Jordi para poner de relieve la importancia de librerías y de los libreros en la difusión de la cultura del libro y también del placer por la lectura

“Conocí el día   de Sant Jordi gracias al compositor catalán Étienne Roda-Gil, y me pareció algo fascinante que los libreros salieran a la calle con libros y rosas para celebrar la libertad de publicación.

Sentí que era una fiesta ancestral”, afirma Marie-Rose Guarnièri, propietaria de la librería des Abbesses de París y organizadora de la Fiesta de las librerías.

“Me di cuenta que el Día del Libro y de Derechos de Autor se celebraba el 23 de abril en 85 países, y que, entre ellos, no estaba Francia. Así que decidí adoptar esta idea en mi país y poner en marcha una fiesta en la que la librería fuera el centro de todas las actividades, para dotar a los libreros de un espacio maravilloso como el Día de Sant Jordi, de una fiesta con alma”.

CORAZÓN DE CULTURA

Ya han pasado 21 años desde que se celebrara por primera vez este Día del Libro en Francia, y durante todo este tiempo se ha mantenido el mismo objetivo: transmitir al público la cultura y la Historia del libro. “Cada vez hay más personas, sobre todo jóvenes, que se concentran en las nuevas tecnologías, en los móviles, en las tabletas, y que se alejan del libro y ya no buscan llenar ese espacio intelectual. No saben cómo funciona una librería, no conocen los pasos que sigue un libro desde su creación hasta que llega a sus manos, ignoran cuál es la verdadera labor de un librero”, explica Guarnièri. “Lo que pretendemos con este día es reencontrarnos con nuestros clientes en un ambiente más festivo, mostrarles lo que somos, lo que hacemos, la importancia que tienen los libros, y animarles a desconectar un poco y disfrutar de un buen libro tranquilamente”.

Marie-Rose Guarnièri: “Decidí empezar a celebrar en Francia el Día del Libro y de Derechos de Autor con la librería en el centro de todas las actividades y dotar a los libreros de un espacio maravilloso como el Día de Sant Jordi, de una fiesta con alma”

Cada año, además de hacerlo con una rosa, los libreros obsequian a sus clientes con un libro que “muestra siempre un aspecto particular de la Historia libresca, que permite al lector comprender qué es realmente un libro, no solamente un  objeto sino algo más”. Y en esta ocasión, el libro elegido es “una verdadera joya editorial”,  afirma Marie-Rose. Se trata de la reedición del poema de Paul Éluard titulado Elle se fit   élever un palais… ilustrado con 11 grabados de Serge Rezvani, compositor, pintor y   artista multidisciplinar francés. Esta reedición, realizada en colaboración con la editorial Gallimard, cuenta con 28.500 ejemplares que tienen un valor casi igual que el libro original, publicado en 1947, del que solamente se editaron 16 ejemplares.

“Es un pequeño tesoro de la edición francesa hasta ahora sólo en manos de bibliófilosgaleristas de arte”, asegura Guarnièri. Con esta reedición, “hemos querido poner también en manos del público un libro de artista donde arte y poesía se fusionan dando lugar a una obra maestra que explica por sí sola la idea que queremos transmitir sin necesidad de añadir comentarios”.

En este día festivo, las librerías se convierten en el centro de la vida cultural. Talleres de promoción de la lectura, de expresión artística, encuentros con escritores y editores, firmas de libros… son algunas de las actividades que organizan los libreros bajo el paraguas de la Fiesta de las librerías. Como novedad este año, se ha puesto en marcha el proyecto Una librería, un profesor, una clase, que consiste en acercar el mundo de las librerías a los niños dentro del ámbito escolar. “Los niños se alejan mucho de las librerías, algunos no han entrado nunca en una”, dice Guarnièri. “Para regenerar esos lazos perdidos, decidimos que cada librero contactase con un profesor de literatura de su entorno y que se acercase a la librería con sus alumnos para poder ofrecerles esa iniciación a la cultura y a la Historia del libro que no aparece en ningún punto de los programas educativos oficiales”.

Las librerías se convirtieron un año más en el centro de la vida cultural durante la Fiesta de las Librerías con la novedad del proyecto Una librería, un profesor, una clase que consiste en acercar el mundo de las librerías a los niños dentro del ámbito escolar”

Para Marie-Rose Guarnièri, la idea es que “los chavales, desde pequeños, sepan cómo se hace un libro, que conozcan una editorial por dentro, que tengan contacto con escritores y creadores, que lean en clase con su profesor… En definitiva, que en los colegios se promueva, de una forma interactiva, el contacto con los libros”. Centenares de escolares han participado este año en este proyecto que espera seguir creciendo en las próximas ediciones de la Fiesta de las libreríasPorque, como bien asegura Marie-Rose Guarnièri, para que las librerías puedan sobrevivir “tenemos que conseguir que los jóvenes vuelvan a nuestras librerías”.


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