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DOS PROFECÍAS PARA UN OTOÑO DE LIBROS

Mientras el plúmbeo veranillo de San Miguel nos hace dudar de si nuestras fuerzas soportarán intactas la nueva estación y los periódicos siguen poniendo a prueba nuestra fe en el ser humano, nosotros, lectores impenitentes, fintamos los agobios de esta rentrée calentita buscando nuestro refugio literario al otro lado del espejo, en un paisaje radicalmente opuesto, congelado y frío; no exento de controversia,  yermo pero fértil a la vez porque actúa como acicate para que cultivemos la imaginación y dejemos aflorar nuestro sentir atávico. Este milagro redentor de sombras y luces reales como la vida misma es posible gracias, respectivamente, a Permafrost de Alberto Ávila Salazar (Conversación de soldados, Aurora Dorada) y La Dama en Llamas de Nacho Escuín y David Guirao (Los Libros del Gato Negro). ¿Casualidad, Causalidad o Divina Providencia que ambas lecturas lleguen, juntas y justo ahora, a nuestras manos? 

Texto y foto: Silvia R. Coladas


El primero de los dos grandes relatos que recomendamos para ir entrando en atmósfera otoñal nos sumerge directamente en el abismo y tira de nosotros para tragarnos cual agujero negro hacia la desesperación. Que no cunda el pánico, el otro relato ejerce de contrapeso, nos devuelve la energía, las ganas de luchar y la creencia de que a todo duro esfuerzo le sigue el éxito (de una forma u otra) y de que eso de que el amor siempre nos salva no es una frase hecha sino una realidad. Escogemos sendas historias, complementarias, para asumir septiembre en perfecto equilibrio energético, conscientes de que ambas son motores de primer orden para movilizarnos a construir un búnker de libros con los que afrontar lo que pueda depararnos el próximo equinoccio. Sí, hacemos músculo lector de cara a un invierno que se avecina difícil, pero conste en acta que estamos dispuestos a enfrentarlo en plena forma y esto no es otra cosa que el primer brindis literario de temporada para, de momento, ir dejando atrás las altas temperaturas, el aire africano y la desazón estival, que no es poco.

ORÁCULO DE SOMBRA 

Lo cierto es que inauguramos el mes impresionados con Permafrost, relato escrito por el madrileño Alberto Ávila Salazar en 2018 y publicado en 2019, dentro de una fantástica recopilación del mismo autor titulada Conversación de soldados. Contaminaciones, profecías y fenómenos. Trata de manera intuitiva, instintiva, e incluso visionaria, la espantosa situación social en la que nos encontramos inmersos desde que comenzó el presente año. Los protagonistas, Índigo y Elisa, son dos chicas que se autoproclaman de género líquido y que intervienen en un movimiento a nivel mundial para propagar una pandemia que termine con el ser humano y así “restituir la paz”; y hacerlo tan rápido que ni siquiera dé tiempo a encontrar vacuna o tratamiento.

Sabemos que Elisa viajó hace años a Canadá y conoció el permafrost, la capa del suelo que está permanentemente congelada donde la posibilidad de vida es nula y reinan la hostilidad y el silencio. Allí es donde sintió que el hombre había estropeado la Creación. Por su lado, Índigo odia a la gente y, a sus dieciséis años, no quiere vivir más. Inoculado en ambas el virus letal de diseño, hacen todo lo posible, junto con otros compañeros a lo largo y ancho del mundo, para que se expanda y conseguir la ansiada extinción.

Consejos que les leemos en esta ficción pre-pandemia, como “frota bien los picaportes” o “cuando saludes a alguien,  humedécete los labios al darle dos besos, tose en los autobuses”, nos ponen ahora la piel de gallina. Pero como no hay mal que cien años dure y sabemos que, a pesar de brotes y rebrotes, podremos con esto y mucho más, vamos con la otra cara de la moneda: La Dama en Llamas del escritor turolense Nacho Escuín, bellamente iluminado por el ilustrador zaragozano David Guirao. Mucha atención porque no se trata de un cuento exclusivamente infantil sino de una historia que ofrece diferentes niveles de lectura, comprensión y alegoría, de manera que tiene mucho que enseñarnos tanto a niños como jóvenes y adultos sobre la fe, la esperanza y nuestros espacios de resistencia y fortaleza interior, irreductibles si sabemos conducirnos a pesar de que nos caigamos aparatosamente mil veces y nos tengamos que levantar otras mil.

ORÁCULO DE LUZ

Cuenta esta hermosa leyenda que una niña sueña con que un día, de repente, todo cambia en la Tierra, cuando una terrible ola de frío asola el planeta, poniendo en grave peligro la vida en todas sus manifestaciones. Solo una mujer que lleva una llama dentro, puede salvarla; y, para que esto sea posible, a su vez, solo un hombre, el gran elegido, deberá soplar sobre las ascuas para volver a expandir el calor que permita que la rueda de la existencia continúe y salvar así a toda la humanidad y demás frágiles criaturas.

La prosa poética de Escuín y las hermosas y delicadas ilustraciones de Guirao que nos recuerdan a Modigliani pero también a la icónica ola de Hokusai y a la idea de lo lleno y lo vacío, nos permiten participar del viaje iniciático del protagonista, un personaje débil -como nosotros- que va cayendo en muchas tentaciones pero que sabe superarlas y seguir hacia adelante, dejando atrás todas las barreras gracias al amor que le profesa a la mujer del fuego salvador.

Nuestro héroe tendrá que atravesar un bosque lleno de libros que le dan sabiduría pero que también le llenan de dudas, salir de un laberinto imposible, sortear un lago interminable o conversar con seres diminutos en una torre de babel esférica y gigantesca…

Ante todas esas tremendas dificultades, nunca claudicará y sacará siempre fuerzas de flaqueza para cumplir su importante misión.

Mientras que ella, ingenua, será engañada por voces desconocidas, por sus propios miedos; sin embargo, pero su tenacidad y valentía la llevarán finalmente por el buen camino. No te rindas nunca aunque la diosa duda te asalte es el mensaje que abrazamos hoy más que nunca en esta oda al esfuerzo y la solidaridad que envuelve el concepto de que todos estamos unidos por un hilo invisible y formamos parte de una cadena que no es más fuerte que el más débil de sus eslabones.


LO

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