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LA ‘VIE EN ROSE’ CON NACHO ESCUÍN

El próximo viernes 21 de mayo tendrá lugar la presentación del nuevo poemario de Nacho Escuín, Nadar hasta la orilla (Olifante), en la librería Taiga de Madrid. Se trata de una obra intimista, con solapa de Ángel Guinda, que destaca por sus hechuras trabajadas con mimo y que, en palabras del autor, busca, en tiempos duros, la perspectiva positiva, poniendo el acento en el futuro y todas las cosas buenas que están por llegar, y llegarán. 

Silvia R. Coladas


Podríamos calificar 2021 como el año de la esperanza tras el anterior annus horribilis. Hoy, gracias a la vacunación, ya atisbamos la recuperación de esa vida que tanto amábamos sin ser apenas conscientes. Ocurre que, durante ese tiempo en el que nuestra salud física se ha puesto en máximo peligro, la de nuestra alma se ha ido resintiendo también a causa del miedo, la pérdida y la incertidumbre; y el arte y la poesía se nos han revelado más que nunca como ese botiquín de emergencia, coadyuvante imprescindible en la sanación definitiva.

Y por eso, a plena conciencia, celebramos la llegada de refuerzos con el nuevo poemario de Nacho Escuín, Nadar hasta la orilla cuyo color en la cubierta es una llamada a la vie en rose y cuyo título augura el triunfo final.

Al abrir el libro nos saluda un extracto del poema “Te quiero” de Luis Cernuda, preludio de que algo hermoso está por venir.

Acto seguido, Escuín nos promete un refugio cerca del mar, en el que soñaremos de nuevo con “el sabor de la vainilla y el jugo de limón que se derrite en un vaso de hielo granizado”.

Traspasado el umbral que separa la sombra de la ilusión, nos toma de la mano para que podamos avanzar en la reconstrucción de nuestra primavera. Aunque el invierno haya sido duro, frío y casi eterno, nos recuerda que siempre vuelven a brotar las flores, que “aparecen primero con dudas, después en esplendor manifiesto”.

Con palabras sencillas, porque sencillo es lo más importante en la vida, el poeta rememora momentos de felicidad pasados, insinuando que se renovarán, y serán saboreados de otra manera, mejores, con la intensidad propia de lo que se disfruta tras una larga privación.

Hay melancolía, sí, pero llena de esperanza: “Será, de nuevo,/ el tiempo de las fresas/ y después de las cerezas/ y los almendros en flor/ abrirán paso/ a un nuevo verano/ tecnicolor”.

RETORNO A LA LUZ

En esta acogedora atmósfera de reinvención que destilan los versos de Escuín, se respira intensamente también cariño y ternura, -¡qué necesitados estamos de ambos!- . ¿Es quizás el amor esa orilla de la que nos habla? Días soleados, deliciosos juegos en el agua, la presencia del ser amado… un paraíso posible, naíf, colorido y emocionante del que hemos sido expulsados por un tiempo, quizás, para la reflexión: “…así volverá la luz/ y la noche iluminada/ por la luna más llena”.

Se trata de poesía que nos insta a continuar buscando y no dejar de hacerlo nunca: “Buscar,/ y sentir que todo/ es nada casi siempre/ y nada lo es todo/ casi siempre”. Tiempo de separar lo importante de lo superfluo y retomar la senda de un modo distinto. La buena poesía nos remueve las tripas y nos invita a la catarsis, quizás no para darle un vuelco a nuestros valores pero sí para hacer algunas alteraciones en su escala que, a buen seguro, nos acercarán más a la verdadera felicidad, tan distinta y tan distante de la que pretenden vendernos. Nadar hasta la orilla de Nacho Escuín es un buen ejemplo. Sabia verde, fresca y fecunda en 23 monodosis cuyos efectos inmediatos son el disfrute de la belleza, la renovación de la esperanza y la cercanía de una dicha que podemos ya rozar con nuestros dedos.


LO

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