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ELIGE BUENOS LIBROS

No vayan a pensar los lectores que por el hecho de vivir en esta casa de papel virtual, llamada AcontrapeLO, se encuentran frente a un elitista y loco de la estética, como el caballero des Esseintes, protagonista de la obra titulada así a veces en español, biblia del decadentismo, escrita por Joris-Karl Huysmans, un señor enfadado con los tiempos modernos (de entonces) y siempre refunfuñando, como su protagonista.

Joaquín M. Aguirre


Este AcontrapeLO es más bien una casa de acogida en la que un servidor espera purgar su penas literarias, recolectar su mejores recuerdos de lectura. ¿Leer? Pues sí.

En esto de la lectura, sí que hay que ir a contrapelo de los tiempos. El mundo se nos ha ido llenando de fórmulas de entretenimiento que lanzan sus cantos de sirena para arrancarnos de nuestros libros hacia arrecifes de brillante colorido.

A la Literatura, sí, le han salido rivales fuertes. El problema está en que si la abandonamos, nos abandonamos a nosotros mismos desconectándonos de lo que hemos ido produciendo, creando durante mucho tiempo. Al ignorante le salva el serlo; no es consciente de lo que se pierde. Por eso muchos viven tan felices, alérgicos al papel y a la tinta (o al e-book).

                   Imagen de portada ‘À Rebours’, Penguin Classics, 2004

En la Literatura está la lengua que usamos, las visiones del mundo —del propio y del ajeno— que tenemos y hemos tenido, la riqueza de  la percepción exterior que nos saca de nosotros mismos y la conversión   de las emociones y las ideas a palabras, a historias, a versos que nos modelan. Todo está en el mismo paquete encapsulado. Hay buen vino y vino peleón en esos viejos odres.

Recordemos cómo el caballero des Esseintes se encaraba al mundo después de realizar un somero repaso de lo que él (y otros) llamaban la “americanización” del mundo, es decir, el triunfo de la vulgaridad y el enterramiento de lo noble y bello. Se enfrentaban entonces al tránsito de la cultura de las élites, refinada, a la creciente industrialización de la cultura popular.

Eso le valió a Huysmans para hace decir a su personaje:

— ¡Y bien! ¡Derrúmbate, pues, sociedad! ¡Perece, mundo viejo! —exclamó des Esseintes, excitado hasta la indignación por el ignominioso espectáculo que acababa de evocar; y el sonido de su voz rompió el sofocante hechizo que esta pesadilla le había provocado—. ¡Ay! —gimió—. ¡Pensar que todo esto no es sólo un mal sueño! ¡Pensar que estoy a punto de ir a reunirme con la rastrera y servil canalla de la época!

¡Maldito presente! Este suele ser el grito de guerra de aquellos para los que el mundo, como ocurre con des Esseintes, va siempre a peor. La cultura es un gigantesco depósito de objetos perdidos o abandonados que esperan a que alguien vaya a reclamarlos. “¿Como en Toy Story?”, habrá pensado algún lector. Pues…, sí, algo así. Hay mucho libro abandonado por  Andy que se cree que ya lo sabe todo.

Hay que leer, sí, pero ir mejorando como lectores, no como esos que se morirán leyendo a Harry Potter porque ¿para qué iban a buscar más?

La verdad es que hay muchas conspiraciones para que pensemos en otras cosas. Nuestra atención es el bien más preciado y todos luchan por quedarse con grandes fragmentos de nuestra vida o de nuestro tiempo, que es lo único que tenemos. Con qué lo rellenemos, es cosa nuestra. ¡Elige buenos libros!

Por eso es esencial la formación del gusto, su depuración, para poder escapar de lo malo y seguir hacia lo mejor. Hay que leer, sí, pero ir mejorando como lectores, no como esos que se morirán leyendo a Harry Potter porque ¿para qué iban a buscar más? Una de las cosas más apasionantes de leer es precisamente descubrir cosas nuevas… o viejas, que tal como están las cosas, hay que descubrir el Mediterráneo de la lectura todos los días.

Aquí, un amigo


LO

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